viernes, 12 de septiembre de 2014

Mal de muchos consuelo de tontos...



MAL DE MUCHOS CONSUELO DE TONTOS.


     Cuentan que en tiempos de Buda, murió alguien muy querido por una mujer llamada Kisagotami (Consuelo). Incapaz de aceptar aquello, la mujer corrió de una persona a otra en busca de una medicina que le devolviera la vida a su amiga. Le dijeron que Buda la tenía.
Kisagotami fue a ver a Buda y le preguntó:
-¿ Puedes preparar una medicina que resucite a mi amiga?
- Conozco esa medicina-contestó Buda-. pero para prepararla necesito ciertos ingredientes.
-¿Qué ingredientes?-preguntó la mujer aliviada.
- Tráeme un puñado de semillas de mostaza-le dijo Buda.
La mujer prometió que se las procuraría, pero antes de que se marchase, Buda añadió:
-Necesito que las semillas de mostaza procedan de un hogar donde no haya muerto ningún padre, madre, cónyuge, familiar o amigo.
La mujer asintió y empezó a ir de casa en casa en busca de las semillas. En todas las casas que visitó, la gente se mostró dispuesta a darle las semillas, pero al preguntar si en la casa había muerto alguien se encontró con que todas las casas habían sido visitadas por la muerte; en una había muerto un familiar, en otras el marido o uno de los padres. Kisagotami no pudo hallar un hogar donde no se hubiera experimentado el sufrimiento de la muerte. La mujer se dió cuenta de que no estaba sola en su dolor y fue a ver a Buda, quien le dijo con gran compasión:
- Creíste que sólo tú habías perdido algún ser querido; la ley de la muerte es que no hay permanencia entre las criaturas vivas.

La búsqueda de Kisagotami le enseñó que nadie se libra del sufrimiento y la pérdida. Ella no fue una excepción. Esa comprensión no eliminó el sufrimiento inevitable que comporta toda pérdida, pero redujo el que deriva de luchar contra ese triste hecho.







Vaya por delante que los "males", los errores y las equivocaciones forman parte de nuestra imperfecta naturaleza humana ("humanum errare est"). Los seres humanos nacemos, crecemos, nos equivocamos, buscamos excusas y/o soluciones y morimos. Haríamos bien en no escurrir el bulto, asumir nuestra responsabilidad y subsanar, en la medida de lo posible, aquello que pudo haber sido dañado como consecuencia de nuestros actos e intenciones. Nada de excusas ("mal de muchos...).
 Pero, en la vida de toda persona también surgen adversidades que escapan a nuestro control (la actual crisis , un accidente, la muerte de un ser querido,etc...) y mira si hay "mala leche":

¿Te has quedado sin trabajo?- "Mal de muchos consuelo de tontos, haber "estudiao".
¿Sufres un divorcio ?- "Mal de muchos consuelo de tontos, haber estado más pendiente de tu pareja"
¿Has enfermado?-"Mal de muchos consuelo de tontos, haberte cuidado más".
¿..............?-"Mal de muchos....."

¡Basta ya! A veces todos necesitamos un poco de aliento, algo que contribuya a disminuir la intensidad de nuestra pena, de nuestro dolor y, hete aquí que las palabras tienen un poder enorme. Las palabras crean realidad, alivian dolores y sanan heridas. Por eso:

 "MAL DE MUCHOS CONSUELO DE TODOS"

 Que, además de ser el dicho original : "MAL DE MUCHOS CONSUELO ES", supone un verdadero bálsamo interior, un bálsamo para el alma; pues, un dolor compartido "pesa" menos. 


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